martes, 1 de septiembre de 2009

Relato


Habían pasado ya dos años desde aquella fatídica noche. Dos años horribles llenos de hombres sin rostro y sin nombre, de noches monótonas y aburridas; dos años de citas sin futuro, de sexo absurdo y sin amor.

Alex le recordaba todavía como si le hubiese visto por última vez ayer, pero no era así, no le veía desde hace dos estúpidos años. Dos estúpidos años recordando su mirada antes de besarle, la textura de sus tibios labios sonrosados rozándose con los suyos propios, el calor de su cuerpo mezclándose con el suyo, su sonrisa al levantarse por la mañana y encontrarle mirándolo fijamente. Su olor... podría reconocerle por su olor, de eso estaba seguro.

¿Cómo podría olvidar al amor de su vida?, todavía le amaba, todavía le deseaba con todas sus fuerzas, es como si no esa noche nunca hubiese llegado, pero ocurrió. Alex aún puede escuchar los gritos, los portazos, todavía siente sus lágrimas caer. Sueña una y otra vez con lo que pudo haber dicho, con las cosas que podría haber hecho para que no se marchara… Ahora lo comprendía, le había costado dos años comprenderlo, dicen que mejor tarde que nunca ¿no?... Alex no cree que eso sea cierto, tendría que haberlo dicho todo aquella noche, ahora no hay solución.

Esa noche había vuelto tarde del hospital, hacía mucho frío, serían las once de la noche cuando entro por la puerta de su casa, aún recordando la cara de Jaime al recibir la noticia de su tumor cerebral, … era inoperable. Había sido un día duro, como muchos otros, pero sabia que al entrar en el salón se encontraría con él, con el centro de su mundo, aunque él eso no lo supiese. Efectivamente, ahí estaba sentado en el sofá leyendo una revista de esas tan interesantes de médicos que podían tenerle sentado en un mismo lugar y apartarlo del mundo que le rodea. Pero había algo raro, algo iba mal.

- ¡Cariño!, siéntate, ¡qué tal el día?

Lo dijo distraídamente. No estaba mirando la revista, tenía la mirada fija en la pared. Estaba preocupado por algo, lo notaba, llevaban viviendo juntos solo un año pero esas cosas las notaba.

- Bien, como siempre, vida y muerte, lágrimas y risas; las dos caras de la moneda… Hoy le han descubierto la causa de los mareos a Jaime
- ¿Si? - Dijo Iván girando la cabeza hasta posarla en los ojos de Alex, le encantaban los asuntos médicos.

Aún le notaba algo extraño en la mirada, quería decirle algo y no era nada bueno. Iván siguió mirándole unos 2 minutos más después se levantó y se dirigió a la cocina. Alex se lo encontró mirando por la ventana de la cocina, inclinado en la encimera de mármol. Alex le rodeó la cintura por detrás juntando su pecho con la espalda del otro y posando la cabeza en el hombro izquierdo del mismo. Iván se irguió, cerro los ojos y rozó su mejilla con la de Alex.

- ¡Suéltalo ya!, algo te preocupa. Dime que te ocurre.- dijo Alex en un susurro.
- Si… tienes que saberlo…- Esa frase no le había gustado nada a Alex.- Esto...verás, hace un par de meses me enteré de una plaza de trabajo en el Hospital de París. No creía que me fuesen a coger pero resulta que hoy me han llamado y me han concedido el puesto… He aceptado…

Iván miro a Alex a los ojos durante pocos segundos a través del reflejo de la ventana y en seguida apartó la mirada hacia la encimera. Alex soltó su abrazo yb poco a poco se separó de su compañero. Se quedaron un largo minuto en silencio. Alex empezaba a plantearse muchas cuestiones, pero por encima de todo se estaba cabreando…

- ¿No vas a decir nada?- Susurró Iván posando sus ojos de un azul celeste en los verdes claros de Alex.
- Qué voy a decir, los decidido tu ya todo ¿NO?- ese “no” había sonado más fuerte de lo que pretendía pero le daba igual.- ¿Cuándo te vas?.
- Dentro de una semana, pero esperaba…- Alex sabía que le iba a decir.
- Esperabas que yo me fuera contigo…ya. Alex, yo tengo una familia aquí, amigos, mi trabajo… mi vida. ¡Cómo pretendes que deje todo eso sin más!. Me pides demasiado.
- Estoy seguro de que encontrarás trabajo como enfermero en París, el idioma lo aprenderás poco a poco y a tu familia podemos venir a visitarla…- Sus ojos empezaban a estar húmedos, sabía que esto no iba a tener un buen final, lo veía en la cara de Alex, en sus preciosos ojos que también empezaban a humedecerse.
- ¡Me estas diciendo que deje todo por ti!, podrías habérmelo dicho hace dos meses, cuando echaste esa estúpida solicitud… Crees que voy a hacer siempre lo que a ti se te antoje y cuando se te antoje…Todo esto esta yendo muy deprisa…Por dios, es un país extranjero…
- Para mi no…
- No me lo puedo creer… ¡Estas siendo muy egoísta!
- Alex. No me grites…
- ¡Igual que con esta casa, tú decidiste que me tenía que mudar a la tuya por que era mas cara, mas espaciosa… ni siquiera lo discutimos…- Había empezado y ya no podía parar, una lágrima resbaló por la mejilla de Iván- Perfecto encima eres tú el ofendido… Estoy harto, harto de que decidas tu mi vida,…
- ¡YO NO ESTOY HACIENDO NADA DE ESO!- Alex había conseguido hacer lo que quería: cabrear a Iván, pero esta vez, la discusión no iba a acabar muy bien.
- ¡SI, LO HACES! ¿Dónde iríamos a vivir?¿ Con tus padres?, Me odian, lo sabes, pero no me escuchas…
- ¡¿Por qué me atacas!?Baja la voz, haz el favor… - Se dio cuenta de que eso no era lo que debía haber dicho, eso no, Alex odiaba que le mandasen callar…
- ¡No voy a bajar la voz!, esta también es mi casa ¿no?, a no perdón, que es la tuya...- Iván se aproximó a Alex y le agarró la muñeca, éste se soltó de un tirón- No me trates como a un niño,…
- Es que te estás comportando como tal, eres estúpido…-esa fue la palabra que colmó el vaso.
- Como soy tan estúpido y tu eres tan listo , no debería de ser un problema para ti arreglártelas solo en París, puesto que aquí en España no tienes nada que te retenga ¿no?- Dicho esto se giró, cogió la chaqueta y abrió la puerta- Que tengas un buen vuelo, saluda a tus padres de mi parte… Adiós…Iván.

Antes de cerrar la puerta del todo escuchó algo así como “Te quiero”. Esa palabra le impactó, cerro los ojos y las lágrimas cayeron por los laterales de su cara, pero siguió cerrando la puerta hasta que ésta se cerró. Se dejo caer apoyado en el marco de la puerta mientras de sus ojos caían ríos de lágrimas.

Estuvo durmiendo en casa de su hermana, esa semana. Iván le había estado llamando los dos primeros días, al tercero se cansó de no recibir contestación. Le mando todas sus cosas a casa de su hermana pero no se volvieron a ver, no desde esa horrible noche. Pasó la semana y Alex supo que Iván se iría, que después de todo lo que había dicho éste no se quedaría. Lloró, lloro durante horas hasta quedarse seco, pero esto no solucionó nada en absoluto. Había perdido a Iván, su mundo y todo por una idiotez, por su estúpido orgullo.

¡Ah! El orgullo… que cualidad más horrible, hace hacer a las personas cosas de las que se arrepentirán toda su vida. Alex no volvió a saber nada de Iván estaba seguro de que éste ya se había olvidado de él.

No supo nada hasta que un día en una de esas revistas que antes compraba Iván y que ahora compraba Alex (no sabía muy bien el motivo, pues normalmente no las leía, solo las dejaba en la mesa, esperando que alguien las coger, alguien…) encontró un artículo de un hospital francés, un hospital de París: “Investigador contra el Cáncer y Neurólogo, un Médico las 24 h del día”…ese era el título, en inglés por supuesto, pero no era el título lo que le llamó la atención , fueron los ojos de la persona fotografiada, del entrevistado, no podía ser…esos ojos…sus ojos. Alex no se lo podía creer, era imposible, justo ese día, el día en el que hubiesen cumplido tres años juntos, que maldita coincidencia. Había arrancado la página de la revista y la tenia puesta en el espejo de la habitación de su nuevo apartamento. Iván… hasta ese día no se dio cuenta de cuanto lo añoraba, de cuanto lo echaba de menos. Tenía que volver a verle, pero ¿cómo?

Dos meses después allí estaba, de pié en la acera mirando a ninguna parte mientras pensaba en el pasado. Le había costado un mes decidirse, y otro mes prepararlo todo, no sabía si estaba haciendo lo correcto, pero estaba harto de pensar, esta vez solo actuaría.

Empezó a caminar casi temblando de puro nervio, apunto de llorar de la desesperación. Entró por la puerta y se encamino por el pasillo, ya sabía donde tenía que dirigirse, se lo había preguntado a la persona que tiempo atrás le había tratado como pura mierda. ¡Dios! Aún le costaba hablar el maldito francés. El día anterior había llamado por teléfono a su padre, casi estaba alegre de que hubiese llamado, algo raro. Dijo algo como: es justo lo que estábamos esperando su madre y yo…Pero su francés no era muy bueno así que pudo haber sido un insulto tranquilamente, algo con “tu madre”, prefería no pensarlo. El caso es que había conseguido averiguar lo que quería: la planta y el turno.

Siguió caminando por el pasillo hasta llegar a las escaleras, cada vez más nervioso, subió todos los pisos hasta la última planta. Se encamino al despacho en el que estarí reunido con los demás médicos del hospital. No era la intimidad que esperaba pero no podía esperar.

Llegó a la puerta y se quedó paralizado. ¿Y si no se alegraba de verle? ¿Y si le guardaba rencor? Desde luego se lo merecía pero… Mejor no pensar. Abrió la puerta despacio, sin hacer ruido. Todo este tiempo y ahí estaba, donde tanto tiempo atrás se había negado a ir, la causa de su sufrimiento…

Sus ojos buscaron, era peor de lo que esperaba…Una especie de Salón de Actos, sanitarios de todos los tipos reunidos en una especie de conferencia. La puerta estaba situada detrás del escenario con lo que la persona que estaba hablando estaba de espaldas a él. Esa persona,… no puede ser… seguía igual que lo recordaba, aunque ese traje le quedaba muy bien, se le notaba más maduro.

La gente empezó a fijarse en él mientras el otro seguía soltando su retahíla en un francés perfecto. Seguramente se preguntaban ¿qué hace ese chico parado en la puerta?. No había llegado tan lejos para ahora volverme atrás. El viejo sabia que iba a hacer el ridículo, aun le tenia asco…después de tanto tiempo… ¿qué le había hecho Alex a ese hombre para que lo odiase tanto? Seguramente sacar a su hijo del armario pero… Eso ya no importaba.

Se acerco poco a poco hasta situarse casi al lado de Iván pero un poco por detrás. Éste seguí hablando, estaba tan emocionado con su discurso que no se había dado cuenta de que el amor de su vida estaba a pocos centímetros de él.

Alex se aclaró la garganta, estaba a punto de desmayarse.

- M-monsieur Lenfent…- dijo Alex tartamudeando.
- Oui, je suis…- Dejó en el aire Iván al girarse notablemente cabreado para encontrarse con el causante de la interrupción cuando se encontró con sus ojos.

Se le cayeron todas las tarjetas de la presentación al suelo mientras su boca se abría un poco por la sorpresa. Levanto una mano hacia la cara de Alex mientras pronunciaba su nombre en un susurro. Se quedaron mirándose a los ojos un largo rato mientras la gente en las butacas empezaba a susurrar sorprendida por la interrupción.

Alex cogió del dorso la mano que Iván la había tendido y se la acercó a la mejilla donde se la coloco mientras movía la cara en suaves caricias y captaba el olor de Iván… su precioso olor. Una lágrima se derramó por su mejilla mientras se seguían mirando. Alex abrió la boca para decir algo muchas veces, por fin:

- Iván, yo… lo-lo siento…-Dijo sollozando mientras Iván seguí mirándole, como si en cualquier momento el objeto de su escrutinio fuese a desaparecer- Iván, … yo, soy imbécil, no se, deberían encerrarme, siento todo lo ocurrido, han sido los peores dos años de mi vida... – Mas lágrimas empezaron a caer poco a poco de las mejillas de los dos – Iván… yo … t-te – Iván abrió un poco más los ojos frente a la sorpresa de lo que Alex estaba a punto de decir- …Te amo.

Iván mudo de la sorpresa se recupero enseguida del impacto y se acerco poco a poco a Alex, lo cogió por la nuca y susurró “por fin” justo antes de juntar sus labios con los de Alex en un beso.

La gente soltó gemidos de asombro ante lo que estaba pasando en la tarima. Alex supo que Iván no le guardaba rencor. Cuando se separaron del beso Iván le susurró “te he echado de menos” mientras cerraba los ojos y apoyaba su mejilla en el hombre de el objeto de su felicidad.

Fin


Espero que os haya gustado… lo he escrito en un par de horas así que debe tener errores por todos lados. Me apetecía leer una historia de amor con final feliz, pero como no la encontraba he decidido escribirla.

Besos y abrazos a todos.

7 comentarios:

  1. lo has escrito tu? esta muy bien...me ha gustado mucho...!! un bszo

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  2. Me alegro de que te haya gustado.Bss

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  3. se que me vas a regañar por andar leyendo en vez de estudiar, pero es que ya me estaba volviendo loca con los apuntes :D
    está muy bien *0*, los nombres me chocan un poquito pero es por la costumbre del japonés jeje, es lo que tiene ser fujoshi ^.^, le diré a pizza que lo lea, seguro que le gusta
    me gustó mucho tu relato jojojojo *0*

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  4. gracias nee-chan... Espero que a pizza_n0n también le guste. besoso y suerte a todos con los exámenes

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  5. Precioso.
    Seguro que en algún lugar del mundo está historia es real.
    Me encantan los finales felices :)
    Un abrazo muy fuerte
    (pronto te lo daré en persona)

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  6. wow :3 escribes de maravilla, me ha gustado un monton!!
    Por favor sigue escribiendo historias como esta!!!

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  7. Alvy!!!
    Esta muy bonita la historia!!!
    Haber si un dia te animas a un Harry-Draco!!!!
    Jajajajaja!!! xD
    Un besazo guapoooooooooooooo!!!!

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