viernes, 18 de octubre de 2013

Sueño

Esta es una de esas noches en las que si no escribo en algún sitio no voy a poder dormir tranquilo. He decidido escribir aquí porque de alguna manera, por mucho que este publicado en Internet, lo siento como un rincón privado y recóndito que nadie se para a leer pero que es accesible para que algún curioso le eche una ojeada.

Hoy es uno de esos días en los que las fuerzas me abandonan, en los que me gustaría gritar lo que siento a los cuatro vientos para liberarme de ello pero aún así consigo contenerme. Ayer soñé contigo, no un sueño de esos raros en los que tienes que hacer un esfuerzo para comprender su significado. Era un sueño simple: una cama, tu y yo. No os imaginéis nada sexual, ni mucho menos. Estábamos recostados de lado, tu me mirabas a mi y yo te miraba a ti. Sonreíamos, ambos puesto que notaba mi sonrisa. Por un instante volví a ser feliz, volvía a ver tu sonrisa. Esa sonrisa que sólo me dedicabas a mi, esa sonrisa llena de amor que hace tiempo que no ya no veo y que no volveré a ver.

Si, un buen sueño ¿verdad?. Lo malo de los sueños es que se terminan en cuanto te despiertas y, por supuesto, me desperté. En ese momento el sueño se tornó pesadilla porque mi choque contra la realidad fue más brutal. Lo sentí, sentí como mi corazón se contraía de dolor. Un dolor pasajero por fortuna puesto que al avanzar el día voy recogiendo los pedazos de mi alma y los voy reconstruyendo, poco a poco.

Hay momentos de debilidad en los que me gustaría saber de ti, pero no me dejo caer en esa tentación puesto que para mi supondría volver a empezar desde un principio. Estoy pensando que me siento algo fantasma en estos momentos, solo quiero deambular de un lado a otro, dejando que pasen los días, uno tras otro en busca de esa chispa que he perdido.

Van pasando los días y voy volviendo a ser yo, lo sé, pero no puedo evitar pensar si las piezas que voy recogiendo y juntando soldarán adecuadamente, si esa chispa que perdí brillará con tanta fuerza como al principio y no será una sombra de lo que era.

Esperanza, es algo que nunca se pierde. Incluso cuando la ilusión y el amor te abandonan la esperanza permanece. La esperanza de que esa ilusión por la vida, por lo que me rodea, y esas ganas de amar incondicionalmente resurjan de sus cenizas. Hasta entonces solo queda esperar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario